¿Porqué conviene la práctica de la devoción de los 7 dolores de la Virgen María?
Por varias razones:
1. Profundiza la unión con Cristo:
• Al compartir el sufrimiento: Al meditar en los dolores de María, nos unimos a su sufrimiento y, por ende, al sufrimiento de Cristo en la Pasión. Esto nos ayuda a comprender mejor el amor y el sacrificio de Jesús por la humanidad.
• Al contemplar la Cruz: Los dolores de María están íntimamente ligados a la Pasión de Cristo. Meditar en ellos nos lleva a contemplar la Cruz y a valorar el precio de nuestra redención.
• Al imitar a María: María es el modelo perfecto de discípulo. Al reflexionar sobre su fortaleza y fe en medio del dolor, nos inspiramos a imitarla en nuestra propia vida.
2. Crecimiento en la vida espiritual:
• Aumento de la compasión: La devoción nos sensibiliza ante el sufrimiento de los demás y nos impulsa a ser más compasivos y solidarios.
• Fortaleza en las pruebas: Al recordar cómo María enfrentó sus dolores con fe y esperanza, encontramos consuelo y fortaleza para afrontar nuestras propias dificultades.
• Desapego de lo material: Los dolores de María nos recuerdan que la verdadera felicidad no se encuentra en las cosas materiales, sino en la unión con Dios.
• Crecimiento en la humildad: María, a pesar de ser la Madre de Dios, vivió una vida de humildad y servicio. Meditar en sus dolores nos ayuda a crecer en esta virtud.
3. Gracias especiales:
• Promesas de la Virgen: La tradición católica atribuye a la Virgen María siete promesas específicas para quienes practican esta devoción con fe y devoción. Estas promesas incluyen paz en la familia, iluminación sobre los misterios divinos, consuelo en las penas, defensa en las batallas espirituales, protección en la vida, ayuda visible en la hora de la muerte y la obtención de gracias especiales a través de su intercesión.
• Intercesión poderosa: María, como Madre de Dios y Madre nuestra, tiene una intercesión poderosa ante su Hijo. Al acudir a ella a través de la devoción a sus Siete Dolores, podemos obtener gracias especiales para nuestra vida.
4. Consuelo y esperanza:
• Compañía en el dolor: Saber que María, la Madre de Dios, también experimentó un profundo dolor nos da consuelo y nos hace sentir que no estamos solos en nuestras pruebas.
• Esperanza en la Resurrección: Los dolores de María culminan en la alegría de la Resurrección. Esta devoción nos recuerda que, después del sufrimiento, viene la gloria y la vida eterna.
¿Cuándo se originó?
La devoción a los Siete Dolores de la Virgen María se desarrolló por diversas revelaciones privadas.
La Virgen comunicó a Santa Brígida de Suecia (1303-1373), lo siguiente:
"Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios."
Nuestra Señora prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y acompañen diariamente, rezando siete Ave Marías mientras meditan en sus lágrimas y dolores:
1. "Yo concederé la paz a sus familias."
2. "Serán iluminadas en cuanto a los divinos Misterios."
3. "Yo las consolaré en sus penas y las acompañaré en sus trabajos."
4. "Les daré cuanto me pidan, con tal de que no se oponga a la adorable voluntad de mi divino Hijo o a la salvación de sus almas."
5. "Los defenderé en sus batallas espirituales contra el enemigo infernal y las protegeré cada instante de sus vidas."
6. "Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte y verán el rostro de su Madre."
7. "He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la felicidad eterna ya que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su consuelo y gozo eterno."
Según San Alfonso María Ligorio, Nuestro Señor reveló a Santa Isabel de Hungría que Él concedería cuatro gracias especiales a los devotos de los dolores de Su Madre Santísima:
1. Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.
2. Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente a la hora de su muerte.
3. Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo.
4. Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las gracias que quiera derramar en ellas.
Meditar los siete Dolores de Nuestra Madre Santísima es una manera de compartir los sufrimientos más hondos de la vida de María en la tierra.
La fiesta de Nuestra Señora de los Dolores se celebra el 15 de septiembre, al día siguiente de la Exaltación de la Santa Cruz. Al pie de la Cruz, donde una espada de dolor atravesó el corazón de María, Jesús nos entregó a Su Madre como Madre nuestra poco antes de morir. En respuesta a esta demostración suprema de Su amor por nosotros, digamos cada día de nuestras vidas: "Sí, Ella es mi Madre. Jesús, yo la recibo y Te pido que me prestes Tu Corazón para amar a María como Tú la amas."
— · —
En resumen, la devoción a los Siete Dolores de la Virgen María es una práctica que nos ayuda a:
Esta devoción, practicada con fe y sinceridad, es una fuente de gran bendición y crecimiento espiritual en la vida de cualquier cristiano.
Fuente
• Los siete dolores de María Santísima. Sitio web de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María: www.corazones.org
Compartir